Cómo elegir una silla ergonómica para trabajar desde casa

Silla ergonómica de oficina en un espacio de home office moderno, con escritorio y luz natural.

El teletrabajo, ya sea en formato híbrido o completamente remoto, dejó de ser una realidad pasajera para convertirse en la norma para miles de profesionales. Esta transformación del entorno laboral exige repensar no solo la rutina diaria, sino también el espacio físico donde trabajamos. En este contexto, el mobiliario —y en particular la silla de oficina— juega un rol fundamental en nuestra productividad, salud y bienestar a largo plazo.

Pasar entre 6 y 10 horas al día frente al computador requiere mucho más que una silla común: se necesita una solución ergonómica que se adapte a nuestro cuerpo y estilo de trabajo. Sin embargo, el mercado está lleno de opciones y promesas, lo que puede hacer difícil tomar una decisión informada.

En esta guía, exploraremos los elementos clave para elegir una silla ergonómica pensada especialmente para quienes trabajan desde casa.

¿Qué hace que una silla sea “ergonómica”?

El término “ergonómica” se ha vuelto muy popular, pero no siempre se entiende bien qué implica realmente. Una silla ergonómica no es simplemente cómoda o atractiva: su diseño debe responder a principios biomecánicos que favorecen una postura saludable durante largas jornadas de trabajo.

En esencia, una silla ergonómica se adapta al cuerpo del usuario —no al revés—, permitiendo mantener la espalda alineada, los pies apoyados en el suelo y los brazos a la altura correcta respecto al escritorio. Esto reduce la tensión muscular, mejora la circulación y previene dolencias como lumbalgias o rigidez cervical.

Un punto clave es que no todos los cuerpos son iguales: estatura, peso, proporciones y hábitos posturales varían de persona a persona. Por eso, una buena silla ergonómica debe ofrecer múltiples ajustes personalizados: altura del asiento, profundidad del respaldo, apoyo lumbar regulable, brazos ajustables y mecanismos de inclinación.

Además, los materiales también importan. Un buen soporte y una correcta transpiración hacen una diferencia real cuando se trabaja muchas horas seguidas. Y si quieres asegurarte de que una silla cumple con estándares internacionales de calidad ergonómica, es útil conocer más sobre certificaciones como BIFMA.

Factores esenciales al elegir una silla de oficina ergonómica

Ajuste de altura

Una silla ergonómica debe permitir regular la altura del asiento fácilmente. Esto es clave para lograr que los pies se apoyen completamente en el suelo, con las rodillas formando un ángulo cercano a 90°.

Soporte lumbar ajustable

El respaldo debe ofrecer soporte en la zona lumbar. Las mejores sillas permiten ajustar la altura y profundidad de este soporte, adaptándose a distintos tipos de espalda.

Respaldo reclinable y bloqueo de inclinación

Un respaldo reclinable permite liberar tensión y cambiar de postura durante el día. Idealmente debe contar con mecanismos de inclinación sincronizada y bloqueo en múltiples posiciones.

Profundidad y ancho del asiento

El asiento debe dejar entre 3 y 5 cm de espacio entre el borde y la parte posterior de las rodillas. Algunas sillas permiten ajustar esta profundidad para mayor comodidad.

Material del asiento y respaldo

Busca materiales firmes pero cómodos, con buena ventilación. Los respaldos de malla ofrecen mejor transpirabilidad, mientras que los tapizados agregan estilo pero menos frescura.

Apoyabrazos ajustables

Los apoyabrazos deben ajustarse en altura, y si es posible, en profundidad y ángulo. Así se reduce la tensión en hombros y muñecas durante la jornada.

Base y ruedas

Una base de cinco puntas aporta estabilidad. Las ruedas deben adaptarse a tu tipo de suelo y moverse con suavidad y sin ruido.

Consideraciones específicas para el trabajo en casa

Espacio disponible

Si no cuentas con una oficina dedicada, prioriza una silla compacta pero ajustable. Debe poder guardarse fácilmente o adaptarse a espacios reducidos.

Estética y compatibilidad con el entorno

Busca una silla que combine con tu entorno doméstico. Existen modelos ergonómicos con diseño moderno o discreto que no sacrifican funcionalidad.

Uso diario y tipo de jornada

Si trabajas a tiempo completo desde casa, necesitas un modelo pensado para uso intensivo. Los ajustes deben ser más precisos y los materiales más duraderos.

Silenciosidad y movilidad

En el hogar, una silla silenciosa marca la diferencia. Revisa que ruedas, respaldos y apoyabrazos no generen ruidos con el uso constante.

Consejos prácticos antes de comprar

Buscar proveedores con trayectoria

Prioriza empresas que trabajen habitualmente con oficinas y espacios de alto uso. Esto suele garantizar un estándar superior en durabilidad y ergonomía.

Verificar certificaciones y materiales

Certificaciones como BIFMA son una buena señal de calidad. Evalúa también los materiales: busca tapizados resistentes, estructuras firmes y buen soporte lumbar.

Leer opiniones reales

Las reseñas de usuarios ayudan a identificar modelos con buen desempeño a largo plazo. Presta atención a la comodidad, el desgaste y el soporte técnico.

Pensar en el uso a largo plazo

Si pasarás muchas horas al día en la silla, busca modelos para “alto tráfico”. Están diseñados para resistir mejor el desgaste sin perder funcionalidad.

Garantía y soporte postventa

Asegúrate de que haya repuestos disponibles y respaldo técnico. Una silla sin servicio postventa confiable puede terminar siendo una mala inversión.

Errores comunes al elegir una silla

Elegir solo por apariencia

Una silla estética pero sin ajustes puede volverse incómoda rápidamente. La ergonomía siempre debe ir primero.

Ignorar los ajustes

Verifica que la silla permita ajustar altura, respaldo, brazos y profundidad. Una silla “fija” rara vez se adapta bien a todos los cuerpos.

No considerar la duración de la jornada

Si trabajas varias horas al día, necesitas una silla pensada para uso intensivo. Evita modelos livianos o económicos si planeas usarlos todo el día.

No revisar el respaldo ni el asiento

Fíjate en la curva lumbar del respaldo y en la profundidad del asiento. Son detalles clave que marcan la diferencia entre comodidad y fatiga.

Recomendación final

Trabajar desde casa requiere más que una buena conexión a internet: también necesita un entorno que favorezca la concentración, la postura y el bienestar físico. Y en ese espacio, la silla cumple un rol protagónico.

Elegir una silla ergonómica con criterio —basado en ajustes, materiales, respaldo técnico y uso esperado— es una inversión que se nota desde la primera semana. Menos tensión muscular, mejor postura, mayor energía y menos distracciones.

Si estás buscando una silla para tu home office, da prioridad a la funcionalidad por sobre la moda, a la calidad por sobre la urgencia, y elige pensando en el largo plazo. Tu cuerpo te lo va a agradecer, todos los días.

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